lunes, 27 de febrero de 2012

El anónimo que frenó un ejército

Un héroe es un héroe cuando, sin mayor afán que su libertad y, sin mayor arma que sus manos, se enfrenta sin temor al enemigo,  se sitúa frente a él, y sin titubear siquiera, le grita al oido, por su pueblo, la palabra libertad.





               El anónimo que frenó a un ejército.                





En el año 1989 en China ocurrió una de las protestas más sonadas del siglo XX. Miles de estudiantes y obreros salieron a la calle para pedir  libertad de expresión y acabar con la represión y la corrupción. 

Todo comenzó un 15 de abril, día a partir del cual los estudiantes iban a salir de forma continuada a la calle por sus reivindicaciones. Estas protestas se intensificaron a partir del 4 de mayo, donde 100.000 estudiantes y obreros salieron a la calle. El gobierno chino, lejos de tener en cuenta estas reivindicaciones, pidieron hablar con las organizaciones oficiales de los estudiantes. Organizaciones que obviamente estaban controladas por el gobierno. Los estudiantes chinos comenzaron otra forma de protesta: Las huelgas de hambre. La situación de conflictividad fue creciendo hasta que a finales del mes de mayo el gobierno chino decidió mandar tanques y soldados para despejar la Plaza de Tian'anmen, que fue totalmente despejada el día 4 de junio, donde los manifestantes decidieron salir voluntariamente. Los días posteriores dieron paso a conflictos en las calles colindantes. Lo sucedido allí fue una auténtica matanza de estudiantes. Muchos periodistas internacionales realizaron una intensiva cobertura de los hechos, pero el gobierno chino trató  de ocultarlo lo mejor posible. Sin en cambio, no pudieron ocultar la fotografía que hemos colocado al comienzo de la entrada, ni tampoco el siguiente video. En estas imágenes, un joven chino se coloca delante de una fila de tanques para impedir su paso. Tras pasar un tiempo ahí, el tanque que iba primero en la fila intenta pasar por su lado, pero el valiente estudiante le vuelve a impedir el paso. Tras una conversación entre ambos, unos manifestantes (se sospecha que fuesen militares de paisano) se acercan y lo alejan del tanque para que este pueda continuar.







Sobre la identidad de éste joven poco o nada se conoce. La revista estadounidense Time dijo que su nombre era Wang Weilin, de 19 años, pero no es una información ni mucho menos contrastada. Tampoco se sabe a ciencia cierta que fue de él.


Pero se llame como se llame, siempre lo tendremos en la memoria como un valiente que se enfrentó a toda consecuencia por su libertad.

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